En la provincia de Loja, el cultivo de café es uno de los emprendimientos fuertes. La situación geográfica y la calidad del suelo, aunado al ingenio y voluntad de los caficultores, favorecen la producción de un café de alta calidad, muy apreciado en los mercados nacionales y extranjeros.
De hecho, el 13, 5 % de las áreas cafetaleras del país, están en Loja. Se necesita el impulso de esta actividad, otorgando financiamiento que apuntale los esfuerzos de los productores lojanos. Es indispensable que se trabaje articuladamente con el Programa Nacional de Renovación de Café que al menos se incremente la producción a 40 quintales/ha, con lo cual se supone un ingreso de dólares frescos a la economía local en los mejores lugares para producir café de altura en la provincia.
Hacia los grandes mercados
Ángel Honorio Cabrera Quezada, de Puyango, es uno de los emprendedores de café. “Invertí mi crédito en la construcción de un galpón, muy bien acondicionado, y en equipo moderno para el tueste y molienda”. Su equipo consta de cuatro trabajadores que se ocupan de controlar el correcto accionar de la maquinaria y de enfundar el café molido.
Este pujante emprendedor de 76 años relata riendo: “mi empresa nació del desempleo; había regresado de Guayaquil ya jubilado; pero, de pronto me pregunté, ¿Qué es lo mejor que da Puyango?, y la respuesta fue fácil: ¡café! Ahí me lancé a la aventura.
Ángel dice con mucho orgullo: “Estoy afiliado a la BCS OKO-GRANATIE, certificadora alemana de productos orgánicos, mi producto es café orgánico de altura”. Con ese aval, ha impulsado su café ´Alma Lojana´ hasta los grandes supermercados nacionales y europeos (República Checa, Alemania, España e Italia).
Un súper café
De la misma manera, Vicente Cárdenas invirtió en la renovación de café. En su finca, ubicada en el barrio Tango Viejo, del cantón Puyango, cultiva 16.000 plantas. “He tratado la tierra con carbonato de calcio y nitrato de fósforo, entre otros elementos para darle a la tierra la alcalinidad adecuada”, explica Cárdenas.
“Una cosa es ser sembrador y, otra muy distinta, es ser cultivador de café”, enfatiza Cárdenas, a la vez que detalla cómo alimenta a sus plantas, a partir de “los tres nutrientes que da la naturaleza: carbono, hidrógeno y oxígeno, que son el 95% de la fórmula; el 5% restante son 13 nutrientes que los da el cultivador; con esta preparación, las plantas pueden soportar la inclemencia del sol sin necesidad de asociar a la siembra plantas de banano, para producir sombra”.
Cárdenas recalca que con un crédito de (1.500 dólares por hectárea) se apoyó para aplicar los pasos para la innovación: “Construcción de los semilleros y viveros, selección de la semilla, adecuación del terreno (corrección del ph y nutrientes), siembra y cuidado”. El caficultor puntualiza que todas estas tareas implican el trabajo continuo de cuatro personas, que es el número de puestos de empleo que él genera.
Hacia la conquista del mercado
La caficultura, a nivel nacional, genera empleo directo para 67.500 familias de productores y constituye una fuente de trabajo para varias miles de familias adicionales, vinculadas a las actividades de comercio, agroindustria artesanal, industria de soluble, transporte y exportación.
Como se había mencionado, en la provincia de Loja se cultiva el 13% del área cafetalera nacional. En Manabí el 32,20% ; Orellana 8,9%; Sucumbíos 8,2%; Guayas 6,4% y Los Ríos 6,0%.
El 24,8% restante está repartida en Esmeraldas, Pichincha, El Oro, Cotopaxi, Azuay, Imbabura, Carchi, Chimborazo, Cañar, Morona Santiago y Zamora Chinchipe. Según datos de la COFENAC.