Tecnología Verde



 “Vivir, pensar, crear en “verde” ya se ha popularizado como un concepto de moda, pero las tecnologías verdes van mucho más allá de eso y podrían cambiar el mundo para mejor, dando soluciones no contaminantes ni dañinas, a problemas grandes, medianos y pequeños.”


El término “tecnología” implica la aplicación por parte de científicos, inventores, creadores, innovadores e investigadores, de los conocimientos adquiridos en diferentes disciplinas, para fines prácticos y aplicables.

El concepto de “verde” está asociado a varios objetivos: 


Sostenibilidad


Satisfacer las necesidades presentes de la sociedad, sin comprometer los recursos de las generaciones posteriores y que las soluciones aportadas, puedan continuar siendo aplicables de manera indefinida en el tiempo.

Ciclo completo

El diseño de las tecnologías verdes debe tener en cuenta todo el proceso de la vida útil del producto creado, de la cuna a la tumba, como se dice en la jerga científica, de forma que sea completamente recuperado o reutilizado.

Reducción

Los productos de la tecnología verde deben tender a que haya un cambio en el consumo, que apunte a la reducción de los desperdicios, del consumo energético y de la contaminación. Además, estas reducciones deben ser parte de la premisa de creación, producción, transporte y destino final.

Innovación

Desarrollar elementos, materiales o prácticas, que sean originales y novedosas o darle nuevos usos a las que ya existen, siempre teniendo como objetivo principal, el beneficio del ser humano sin que ello vaya en detrimento de el del Medio Ambiente.

Viabilidad

Los productos de las tecnologías verdes deben ser capaces de introducirse en el medio económico, acelerando su implementación con metodologías adecuadas y buscando que sus beneficios no solo sean de índole monetaria, sino que no tengan efectos dañinos secundarios.

Uno de los problemas más acuciantes es el de la energía; las tecnologías verdes están aplicándose a encontrar combustibles y formas de generar electricidad, alternativas a las tradicionales basadas en los fósiles.

Los edificios verdes son otra de las grandes apuestas de este tipo de tecnologías, así como las aplicaciones de la nanotecnología, es decir la manipulación de materiales a escala de la milmillonésima parte de un metro.