Códigos de ética en las organizaciones públicas

 

Códigos de ética en las organizaciones publicas
Códigos de ética en las organizaciones publicas


Uno de los instrumentos fundamentales para impulsar la ética en las organizaciones y desde luego las conductas éticas de los individuos en áreas de acción específica son los códigos de ética. De hecho, constituyen un componente fundamental de la infraestructura de la ética.

Estos códigos, junto con otros mecanismos de orientación, son herramientas para traer a la reflexión lo que la sociedad aspira del otro, quienes se encuentran inmiscuidos en ámbitos de la gestión pública deben analizar qué tan cerca se encuentran de dar satisfacción a las demandas ciudadanas para determinar las acciones que ayuden a construir confianza en su relación con los ciudadanos. 

La construcción de códigos de ética en el servicio público ofrece de manera explícita guías para el desempeño que se espera de los servidores públicos dándole precisamente orientación a sus conductas. 

Los códigos de ética son una manifestación de conducta cognitiva y efectiva de la identidad de una organización.  

De la misma forma establece que los códigos de ética deben estar potenciados por tres elementos:  

  • auténtico liderazgo, el cual guiará al personal dentro de la organización hacia la práctica ética de las acciones esperadas; 
  • proceso de alineación, el cual sube hacia el código de ética y éste a la vez hacia la identidad ética de la organización; 
  • integración de una cultura ética en las organizaciones. 

Para la aplicación e implantación de códigos éticos dentro de las organizaciones, establecen que son cuatro intervenciones esenciales requeridas para alinear a los empleados a la ética de la organización, mismos que aplican también a las organizaciones públicas. Los pasos que proponen son los mencionados a continuación:

1. Liderazgo político, compromiso. El líder es un componente esencial ya que es él quien crea las condiciones éticas.

2. Un código de ética que provee de lineamientos para una mejor toma de decisiones éticas.

3. Socialización a través de cursos. El entrenamiento ético que debe proveer a los empleados de poder y habilidades para tomar decisiones éticas.

4.  Los incentivos que refuerzan los valores éticos de la organización y los mecanismos de responsabilización.

El resultado favorable que surge del establecimiento de códigos éticos es el desarrollo de acciones organizativas eficaces y eficientes; 

Los códigos éticos refuerzan la idea de cómo los valores ayudan a justificar la existencia y permanencia de una adecuada imagen y percepción de la gestión pública en el gobierno dentro de la estructura social. 

Las instituciones son eficaces cuando realizan las acciones para las que fueron creadas, es decir, cuando satisfacen las necesidades sociales y son eficientes cuando utilizan sus recursos de manera clara y transparente. 

Entonces, la confianza, la legitimidad y la estabilidad se convierten en atributos fundamentales de las instituciones gubernamentales.


Otro de los componentes fundamentales que tiene un papel fundamental para reforzar la ética pública en las instituciones gubernamentales lo es la profesionalización. 

Si bien el aspecto ético constituye solamente un aspecto de los procesos de formación y capacitación por su trascendencia resulta indispensable asumir programas que cubran estas necesidades. 

Ahora que la profesionalización para el servicio público deberá contemplar, además de lo concerniente a la ética, programas que aborden los valores éticos del servicio público, la rendición de cuentas, la transparencia, la calidad en el servicio entre otros aspectos. 

Estos valores y tópicos se inscriben en la categoría de competencias de vocación de servicio público ya que son particularmente relevantes en la profesionalización de los servidores públicos.

La profesionalización del capital humano de las instituciones públicas impacta directamente en la construcción de la cultura organizacional porque aporta a la construcción de marcos éticos de actuación dentro de las organizaciones. 

“la presunta superioridad ética de la burocracia pública es atribuida fundamentalmente a las características propias de sus procesos de profesionalización, esto es:

a) a las normas e incentivos que regulan el acceso al ejercicio de las funciones públicas y el desarrollo de éstas; 

b) a la adopción de un conjunto de valores profesionales específicos, constitutivos de su identidad como profesión”. 

Por lo tanto, es importante continuar con los procesos formativos en el servicio público para garantizar la dignificación de la función en un marco de superación y respeto.